Alagón Zaragoza
30,5 Kms
Dame sólo tu amor y tu gracia, oh Señor, y ya soy suficientemente rico; no pido nada más.
Nos ponemos en camino desde el centro de Alagón, bajando por la calle Chacón en dirección a la calle de la Estación, porque nos dirigimos a un puente que pasa las vías, ya en las afueras del pueblo. Seguimos de frente hacia el segundo puente a cruzar, esta vez el de la autopista AP-68.
Justo después de la autopista, tomamos a nuestra derecha un camino al inicio asfaltado pero que luego se vuelve de tierra. Dicho camino va paralelo a la autopista, que nos sigue a nuestra derecha por un buen tramo. Llegamos a un puente sobre la autopista, que no tenemos que cruzar, pero que nos sirve de referencia para tomar el camino que aparece a nuestra izquierda y que nos aleja en casi ángulo recto de la autopista.
Acaba la tierra y empieza el asfalto que marca nuestro camino. Seguimos recto y nos encontramos a nuestra derecha el río Jalón. Nos acercamos al río Jalón y lo seguimos a la izquierda. Cruzamos el río y poco después el camino nos aleja de él en una curva cerrada a la derecha. Seguimos siempre recto por el camino asfaltado hasta llegar a Torres de Berrellén.
Entramos por la calle Garfilán y nos dirigimos al ayuntamiento. Visitamos la iglesia en la calle Aragón y, finalmente, salimos del pueblo por la calle Cervantes y el Camino de Sobradiel, por el que salimos a campo abierto. A unos 600 m cruzamos un canal de riego y seguimos el camino. Muchos de los canales actuales datan del período musulmán. Dos kilómetros más adelante llegamos a un punto en el que el camino se divide en dos para dejar que un canal de riego pase por su medio. Tomamos el camino de la izquierda, el que deja el canal a la derecha, y seguimos paralelos al mismo hasta desembocar en el pequeño pueblo de Sobradiel.
Buscamos la iglesia, en el parque, y seguimos dejándola a nuestra izquierda. La calle del Pino nos lleva a la salida del pueblo. Seguimos siempre por la carretera asfaltada que, después de 1,6 km nos da un giro en ángulo recto a la derecha y nos lleva a un puente para pasar nuevamente la autopista AP-68. La cruzamos y nos encontramos con una rotonda. Tomamos la segunda entrada, la que nos enfila derechos hacia dentro del polígono industrial. Después de unos 100 metros, tomamos una carretera asfaltada (luego dejará de estarlo) pegada al muro de la última empresa. La estación del tren de Casetas queda a nuestra derecha. Se ve a unos 200 metros una fábrica Magrisa, que dejaremos a la derecha. Tras unos dos kilómetros, esa carretera nos llevará a Utebo, sin haber cruzado en ningún momento las vías y sin haber entrado de hecho en el pueblo de Casetas. Vemos el pueblo de Utebo en la distancia y nos dirigimos hacia su iglesia.
Giramos en ángulo recto a nuestra izquierda en la calle de Joaquín Costa. Luego se transforma en la calle de Miguel Hernández. Nos dirigimos al centro del pueblo. Pasamos la plaza y en un jardín giramos a nuestra derecha, para entrar en la calle de Antonio Machado, que nos hace salir del pueblo y, en un kilómetro, nos lleva a cruzar la autopista por un puente.
Bajado el puente, seguimos recto, paralelos a un canal de riego que llevamos a nuestra derecha y que cruzamos un poco más adelante, para seguir acompañándolo, pero a nuestra izquierda. El camino “salta” de un canal a otro, y ahora queda a nuestra derecha. Lo seguimos tan sólo 100 metros y continuamos recto por la carretera, hasta llegar a desembocar en una calle que nos muestra ya el siguiente pueblo: Monzalbarba. Girando a nuestra izquierda entramos por la calle de Nuestra Señora la Sagrada (una antigua calzada romana) y atravesamos el pueblo todo recto.
Justo a la salida del pueblo, por el camino de Monzalbarba, encontramos la ermita de Nuestra Señora la Sagrada. La carretera hace un ángulo de 90º a la derecha, pero nosotros seguimos todo recto por la carretera asfaltada. Estamos en el camino de la Almozara. Seguimos unos kilómetros. Dejamos a nuestra derecha una carretera que va a un puente sobre la autovía. Nosotros seguimos recto hasta encontrar otro puente por el que cruzamos la autovía. Después bajamos para pasar el túnel y el último puente, todo lo cual nos hace salvar el nudo de autopistas y nos anuncia nuestra llegada a Zaragoza. Seguimos todo recto, hasta llegar al margen del río Ebro. Giramos en ángulo recto hacia nuestra derecha, y caminamos al lado del río por el paseo.
Seguimos por el camino siempre al lado del río, que queda a nuestra izquierda. Por si no estaba claro: lo que tenemos delante es lo que fue la ExpoZaragoza 2008, gran manifestación internacional sobre el tema del agua. Entramos en Zaragoza, donde todos los caminos son buenos siempre que nos mantengamos cerca del río Ebro. El centro antiguo y la Plaza del Pilar se encuentran junto al río (siempre lo llevamos a nuestra izquierda), pasado el Puente de Santiago y antes del Puente de Piedra.
ALAGÓN
Autotaxi Ferruz . Tel: 976 854 063
Taxi Aguilar . Tel: 653 706 707
Taxi Angel . Tel: 657 529 269
MONZALBARBA
Ayuntamiento . Tel.: 976 462 315
TORRES DE BERRELLÉN
Albergue de peregrinos . (8 plazas).
Ayuntamiento: 976 653 101. En el Café Aroa (Avenida Goya, 8) también tienen las llaves del albergue. Tel: 976 653 287.
UTEBO
Ayuntamiento . Tel.: 976 770 111.
Hotel El Águila*** . Ctra. Logroño, km 13,4. Tel.: 976 771 100
Hotel Europa . Ciudad de Ponce 4, Tel.: 976 792 900
Hotel Las Ventas*** . Ctra. Logroño, km 10,5. Tel.: 976 770 482.
Pensión Arade . , Las Parras 4, Tel.: 616 997 358
Pensión Don Juan . San Lamberto 14, Tel.: 650 770 575
Pensión Silvano . Cuenca, 2. Tel.: 976 770 584 – 679 232 122
ZARAGOZA
Albergue Juvenil Baltasar Gracián . C/ Franco y López, 4. Tel.: 976 306 690
Albergue Juvenil de Zaragoza . C/ Predicadores, 70. Tel.: 976 282 043.
Hostal San Jorge* . Calle Mayor, 4. Tel.: 976 397 462.
Hotel Las Torres*** . Plaza del Pilar, 11. Tel.: 976 394 250.
Hotel Sauce . Calle Espoz y Mina, 33, Tel: 976 205 050 / 900102146
Pensión Iglesias . c/ Verónica, 14. Tel.: 976 293 161
Pensión Manifestación . Tel.: 976 295 821 / 666 114 096.
TORRES DE BERRELLÉN: La ermita de Nuestra Señora de Castellar, del siglo XI, fue restaurada en el s. XX. Las ruinas de un castillo nos hablan de las tierras reconquistadas a los musulmanes por Sancho Ramírez y Pedro I en el s. XI. Hay restaurante, farmacia, centro de salud, supermercado y banco.
SOBRADIEL: Desde 1140 en que Ramón Berenguer, Príncipe de Aragón y Conde de Barcelona, donó el castillo y villa de Sobradiel, con sus vecinos y términos, a su vasallo Artal y hasta el 1945, los habitantes de este pueblo fueron arrendatarios de los Condes de Sobradiel. A partir de 1945 los campesinos pudieron comprar y ser propietarios de las tierras que trabajaban. Junto al palacio de los Condes de Sobradiel (hoy sede de la Casa Consistorial), la iglesia barroca de finales del siglo XVII, en ladrillo rojo y dedicada al apóstol Santiago. Hay restaurantes, farmacias, centro de salud, supermercados y bancos.
UTEBO: No hay que perderse el asombroso campanario mudéjar de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción (la parte gótico-mudéjar del siglo XVI y el barroco del siglo XVIII). El campanario se transforma de una planta cuadrada en otra octogonal de forma majestuosa. La decoración de azulejos no tiene precio. Bien vale darse un paseo por las calles de esta población de 13.000 habitantes, visitando las casas y palacios de los siglos XVI y XVII. Cerámicas y mosaicos nos recuerdan sus raíces romanas, que la sitúan en la marca 8 de la vía que une Cesaraugusta (Zaragoza) con Astúrica (la villa de Astorga, en el noroeste de la península). Hay restaurantes, farmacias, centro de salud, supermercado, banco y taller de bicicletas.
MONZALBARBA: La impresionante torre mudéjar de la antigua iglesia parroquial, saluda a nuestro Camino. Al igual que ella, las otras edificaciones que la rodean son del siglo XVI. La influencia musulmana es muy fuerte en esta parte del recorrido, como hemos venido observando. En su origen, fue un asentamiento bereber musulmán fundado por Abdul Jabbar al situar su campamento en la isla fluvial de Santa Catalina. El nombre del pueblo “manzil-barbar”, significa asentamiento bereber. Encontraremos restaurantes, centro de salud, supermercados y bancos.
ZARAGOZA: Imponente ciudad, con la Basílica de El Pilar como faro del Camino. En nuestro espacio limitado es imposible decir lo que podemos visitar en esta ciudad bimilenaria (año 13 a.C.). Es imperativa la visita a la Virgen, que recuerda el paso legendario del apóstol Santiago por tierras españolas. La basílica ocupa el lugar del primer centro de culto mariano de la cristiandad. Los múltiples hospitales de peregrinos dan fe de la tradición santiagueña de este Camino Real, a su paso por Zaragoza. Vale la pena perderse por el casco antiguo y visitar el Palacio de la Aljafería, sede del Gobierno Autonómico. Hay taller de bicicletas, restaurantes, farmacias, centro de salud, supermercados, bancos y oficina de turismo (junto a la basílica. Tel.: 902 142 008 / 976 201 200).
Padres Jesuitas: en el Centro Pignatelli podemos encontrar a los padres jesuitas que trabajan en este centro de espiritualidad y que amablemente nos sellarán la credencial, siempre que lleguemos en horas de recepción. Paseo de la Constitución, 6. Tel.: 976 217 217.
Anotaciones: Seguimos caminando con Jesús, para verle más claramente, amarle más profundamente y seguirle con más cercanía. No olvidemos la “oración preparatoria”, siempre antes de ponernos en oración y también a lo largo del día. Recordemos que el coloquio final se hace cada vez más importante: vamos entrando en ese conocimiento interno de Jesús que ha de dar fuerza a nuestro compromiso de vida. Esto se discute con nuestro “amigo” en el coloquio al final de la oración y durante el día.
Petición: Rogaré al Padre por tres cosas que necesito y sólo Él puede conceder: un conocimiento más íntimo de Jesús, que se ha convertido en uno de nosotros; una experiencia más personal de su amor por mí para que le ame más tiernamente; y una más estrecha unión con Jesús en su misión de llevar la salvación a la humanidad.
Reflexiones: Después de ver a Jesús curando, otra gran imagen a admirar en Jesús es la de predicador: ¡fue un verdadero innovador! ¡Y un hombre libre de verdad! Admiremos la claridad y la pureza del mensaje de Jesús, y su valentía al proclamar el Reino, aunque era muy consciente del peligro que ello entrañaba. Jesús mantiene su enfoque inquebrantable en la justicia del Reino de Dios. Él no acepta la hipocresía, el doble juego. Rechaza las posiciones legalistas o rituales que alzan la letra de la ley por encima de su verdadero espíritu.
Jesús promulga la nueva alianza, su plan de vida, su plan de acción sobre cómo nosotros, sus seguidores, le ayudaremos a restaurar en este mundo lo que Dios había previsto inicialmente para los seres humanos, tratándose unos a otros con su Amor. El famoso “Sermón de la Montaña” o “el Manifiesto del Reino” llega temprano en el ministerio de Jesús. Hemos oído estas palabras antes, pero no dejemos que su familiaridad vaya en detrimento de su llamada radical. Que la escucha reverente de este discurso, permita que la semilla de la Palabra de Jesús sea implantada en mí y que pueda echar raíces. Imaginémonos sentados en medio de la gente sencilla y humilde que se reunió en una colina escuchando a Jesús exponer su “camino”. Entonces como ahora, su camino es muy contracorriente: nos invita a ser y vivir los valores exactamente contrarios a los que la cultura contemporánea y la oferta de publicidad consumista nos invita. En su tiempo, Jesús estuvo en contradicción con su mundo.
Textos:
Mateo 23: 11-12, 23-24. El que es mayor entre vosotros será vuestro servidor, el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.
Mateo 5: 1-48. Al ver las multitudes, subió a la montaña, y cuando se sentó sus discípulos se le acercaron. Y hablando les enseñaba, diciendo…
Juan 12:44-50. Me deshago de mí mismo para escuchar a Jesús: en su mensaje escucho la voz del Padre.
Coloquio final: Hacer un resumen de lo meditado en el rato de oración, hablando con Jesús como un amigo lo hace con otro. Sincerarse con él sobre los puntos hallados en este rato de camino hecho. Si así lo sentimos, podemos pedir a Jesús el ser aceptados bajo su bandera. Acabar con el Padre Nuestro.
En nuestro recorrido por el casco viejo de la ciudad de Zaragoza, descubrimos las huellas del paso por esta ciudad de una figura, poco conocida, pero de ejemplar trascendencia: san José Pignatelli, jesuita y sexto hijo de la noble familia de los condes de Fuentes.
La Compañía de Jesús es suprimida por el papa Clemente XIV en 1773. José Pignatelli muere en Roma el 15 de noviembre de 1811; no llega a conocer la restauración de la Compañía de Jesús –será en 1814– por la que tanto ha luchado, pero sí ha podido renovar sus votos en 1797 con el resto de la Compañía que se ha mantenido viva en Rusia. La vida de José Pignatelli ha sido un largo tejido de aventuras y sufrimiento.
Poco pensaba el niño que nace en Zaragoza el día 27 de diciembre de 1737 las dificultades que la vida le reservaba. La muerte de la madre a sus cuatro años de edad obliga al traslado de la familia a Nápoles, donde cinco años después morirá su padre. De nuevo traslado familiar a Zaragoza con su hermano mayor. A partir de este momento, estudios en el colegio de la Compañía de Jesús, de la que años más tarde decidirá formar parte, acompañado de su hermano pequeño Nicolás.
Desde su entrada en el noviciado en 1753, vivirá años de formación, estudios y apostolado que se truncarán con la expulsión de los jesuitas de España en 1767. La toma del colegio-residencia de la Inmaculada por los soldados el día 3 de abril de 1767 romperá el ritmo de su vida para empezar una etapa muy distinta. Después de pasar un día encerrados en el refectorio de la casa serán expulsados de la ciudad, con lo puesto; se dirigirán a Tarragona, desde donde embarcarán camino de los estados pontificios. Pero se les niega el asilo en los estados pontificios y así empieza un duro peregrinaje en barco, buscando algún lugar en el que sean recibidos. No será hasta siete meses más tarde, en octubre, que ese calvario acabará en el puerto de Ferrara.
Es a partir de la expulsión de España cuando los biógrafos señalan que José, todavía un jesuita joven que aún no ha hecho su profesión, se convierte en el consuelo, apoyo y ayuda a sus hermanos jesuitas; en los momentos de dificultad va a tomar las riendas –incluso el superior provincial le pondrá jurídicamente al frente de sus compañeros–, para poder acompañar, acomodar, alimentar y asistir a esos hombres que sufren la expulsión, el hacinamiento, la falta de comida y, sobre todo, el no querer ser recibidos en ningún lugar, yendo de un lado a otro, sintiéndose aborrecidos y rechazados.
Su familia, su hermano, le sugerirá caminos más cómodos, pero él mantendrá su entrega en la Compañía hasta el final, unido a sus compañeros en estos momentos difíciles. En Bolonia, y como sacerdote diocesano, se dedicó a luchar por la restauración total de la Compañía, que no llegó a ver.
Bicicletas fácil
Alagón: Km 0.
Torres de Berrellén: Km 7,3.
Sobradiel: Km 10,9.
Utebo: Km 16,5.
Monzalbarba: Km 19,7.
Gran nudo de autopistas: Km 24.
Zaragoza (El Pilar): Km 30,5.
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