Montserrat Manresa
24,6 Kms
Nada es difícil para un hombre cuya voluntad está fija en él, especialmente si es una cosa que se hace por amor.
Nos despedimos de la Mare de Déu de Montserrat y emprendemos la marcha por el mismo Camí dels Degotalls por el que llegamos al Monasterio. Deshacemos lo andado en la jornada anterior, así que volvemos a la misma carretera, pero ahora la tomamos a nuestra izquierda, puesto que nos dirigimos de nuevo a la ermita de Santa Cecilia, que ya conocemos. Caminamos por el sendero paralelo a la carretera y después de pasar por la derecha del túnel, vemos la ermita en lo alto, junto a la carretera.
Llegados a ella, tomamos un camino asfaltado que baja a nuestra derecha. Un poste nos indica “GR-4 a Sant Cristófol”. Seguimos su indicación. Dejamos la ermita a nuestra izquierda y vamos bajando por el camino asfaltado. Vamos en paralelo a la carretera, pero por debajo de ella. Cruzamos torrenteras que bajan de la montaña.
Para los peregrinos en bicicleta, es mejor tomar el camino vecinal de tierra que sigue descendiendo, haciendo curvas, en dirección a unas granjas, que dejaremos a nuestra izquierda. Ante cada nueva pista, tomamos siempre la que sale siempre a nuestra derecha, siempre descendiendo. Hemos de llegar hasta un cauce y pasarlo al otro lado, para subir por el camino de tierra y encontrarnos al final del camino vecinal (unos hierros cruzados indican el punto) con los peregrinos de a pie, que han bajado directamente por la ladera de la montaña.
Los viandantes han de seguir sin posible pérdida las indicaciones del sendero GR-4 que nos lleva a Sant Cristófol. Así nos lo indica un poste situado en una curva cerrada del camino vecinal. Es una senda sendero de montaña que desciende en pendiente fuerte. Seguimos las señales rojas y blancas del GR-4 y llegamos a una pista ancha de tierra: la tomamos a la derecha. Los peregrinos en bicicleta se unen a nosotros. Flechas amarillas, a contracorriente.
Entramos en la urbanización de Can Prat, por la calle Carrer de les Agulles. Seguimos las marcas rojas y blancas. Siempre por la misma calle. A veces las señales en los postes de la luz están cubiertas con pintura rosa, pero no hay pérdida posible. Llegamos a una curva muy cerrada a nuestra derecha y en ella un poste nos indica el camino hacia Manresa, a nuestra izquierda.
Seguimos las señales rojas y blancas del GR‑4. Señal vertical hacia Sant Cristòfol de Castellbell. En este punto nos podemos desviar 2 km a nuestra derecha, siguiendo las señales, para visitar el pueblo y el Pozo del Milagro de San Ignacio. También podemos seguir recto, siguiendo la dirección hacia Sant Jaume de Castellbell.
Siguiendo hacia Sant Jaume llegamos a un cruce y tomamos a la izquierda, dejando Sant Cristòfol a nuestra espalda. Descendemos hacia un torrente, guiándonos por las marcas del GR‑4. Cruzamos el cauce y dejamos una casa a nuestra izquierda. Otra bifurcación: tomamos a la derecha, siguiendo las pistas rojas y blancas.
Llegamos a la carretera asfaltada y tomamos a la izquierda para bajar hasta el puente. Tomamos la dirección de Castellbell y el Vilar. Tras pasar el puente y al lado del restaurante aparece un camino a la izquierda que nos hace subir. Un poste nos indica la dirección de Manresa.
El camino de tierra se une a otro que aparece a nuestra derecha. Seguimos siempre de frente y nos encontramos con una granja porcina de grandes dimensiones a nuestra izquierda. Pasadas las edificaciones de la granja, llegamos a una bifurcación: tomamos a la izquierda siguiendo el camino. Un poste nos confirma la dirección. Dejamos las pistas del GR-4 (rojas y blancas) y ahora seguimos las marcas azul y blanco. Otra bifurcación: tomamos a la derecha. El camino nos lleva a cruzar un cauce y, tras cruzarlo, empieza otro camino a la derecha del nuestro. Un poste nos indica a la derecha la dirección de Manresa y Castellgalí y tomamos, pues, a la derecha obedeciendo la señal.
Nuestro camino cruza otro, que tomamos a la derecha. Más adelante un camino empieza a nuestra izquierda, pero nosotros continuamos con el que llevamos. Llegamos a las primeras casas de Castellgalí: un viejo cartel de la Unión Excursionista nos dice que nos quedan dos horas hasta Manresa. Tomamos la primera calle a nuestra izquierda, siguiendo las pistas blancas y azules. Estamos en la calle “Camino de Montserrat” y seguimos siempre de frente por ella.
Nos acercamos al núcleo del pueblo y vemos la iglesia en lo alto, en frente de nosotros. Subimos hacia ella por la calle de Sant Antoni, y aquí decimos adiós a las pistas azules y blancas y al Camino de Santiago catalán, puesto que nuestro Camino Ignaciano sigue recto pasando por delante de la fachada de la iglesia. Continuamos adelante y al final de las casas del pueblo, empieza un camino de tierra junto a un poste de electricidad. Un cartel nos indica que entramos en el antiguo camino de los peregrinos de Manresa a Montserrat que data del siglo X. Empezamos un fuerte descenso en dirección a la carretera C-55. Vamos bajando hasta llegar a ella, que tomamos a nuestra izquierda. Continuamos por un sendero de tierra paralelo a la carretera unos 500 metros y, pasado el puente sobre un río, dejando un campo de golf a nuestra izquierda, entramos en un camino medio asfaltado que empieza en la izquierda.
Vamos bordeando el campo de golf y el cauce del Cornet que quedan a nuestra izquierda. Un monumento recuerda el martirio en ese lugar de dos religiosas en 1936. Bifurcación: tomamos a nuestra derecha, para evitar cruzar el río. Después de 600 m llegamos ante la casa privada de La Masía (Can Cornet) y tomamos el camino que sigue a nuestra derecha y que nos hace subir hacia una vieja cantera de piedra. Es una senda empinada y que va haciendo zigzags. Grandes piedras en el camino nos permiten adivinar la presencia de la cantera, que no llegamos a ver, puesto que el sendero sigue su ascensión sin pasar por la cantera. Al llegar casi a lo alto, delante de unos campos de cultivo, nuestro camino gira a la izquierda y, a unos 200 metros, acaba en otro, que tomamos a la izquierda. A poco alcanzamos a ver ya a distancia la ciudad de Manresa.
Siempre en nuestro camino, hacia delante, sin meternos por otros caminos que van surgiendo a derecha e izquierda, nos dirigimos al castillo de Oller del Mas. Tras recorrer kilómetro y medio, se nos une un camino por la izquierda y en unos metros más, llegamos a 100m de las puertas del castillo. Nosotros giramos a la derecha y pasamos junto a una columna que nos indica que estamos sobre la antigua calzada romana que seguramente Ignacio tomó para acercarse a Manresa. Dejamos un camino que baja a nuestra derecha y seguimos hacia unas casas, que pasamos dejándolas a nuestra izquierda. Después de una corta bajada, llegamos a la entrada de otra casa y en ese punto tomamos a la izquierda un camino que baja hacia la riera. Descendemos y la cruzamos por un pequeño puente.
Pasado el riachuelo, giramos a nuestra derecha unos 50 m y subimos por un camino que vamos a seguir, junto a un muro de piedra. Una vez arriba tomamos a la izquierda y nos dirigimos hacia unas casas que pasamos y seguimos recto hasta un nuevo cruce, con unos postes de electricidad muy visibles. En el cruce tomamos a nuestra derecha, alejándonos del barrio de El Xup.
Seguimos de frente. Giramos bruscamente a la derecha para entrar en una granja, pero nosotros seguimos de frente, por un camino antiguo, no muy bien marcado que pasa entre los campos de labranza. A unos 200 metros se bifurca. Tomamos el sendero estrecho que sigue recto a nuestra derecha.
Nuestro camino cruza un camino asfaltado. Seguimos recto en dirección a la Torre de Santa Caterina, un antigua atalaya. Vamos rectos hacia ella. Un parking a nuestra izquierda nos allana el camino para llevarnos hasta la Torre.
Una vez allí, tenemos frente a nosotros Manresa: La Basílica de La Seu y el edificio de la Casa de Ejercicios Espirituales de la Cova de Sant Ignasi. Abajo salvando el río Cardoner vemos el Puente Viejo, el puente medieval en lomo de asno, que hemos de cruzar como lo hiciera Ignacio de Loyola hace casi 500 años.
Bajamos del Torreón por un camino que parte justo delante, en dirección a la Cova. La fuerte bajada nos lleva casi hasta la ermita de la Virgen de la Guía, que vemos a nuestra derecha. Dice la tradición que, al llegar Ignacio a este punto, se encontró al pueblo en romería en honor de la Virgen. Muy probablemente se encomendó a la Virgen de la Guía para que le guiase en su peregrinar. Tomamos la carretera a nuestra izquierda, para cruzar por un puente las vías del tren. Bajamos a la carretera del río Cardoner y giramos a la derecha para dirigirnos al Puente Viejo.
Lo cruzamos con la emoción de quien está llegando al final de un largo trayecto, a un lugar largamente deseado. De frente y en lo alto, el edificio de la Cova de San Ignacio. Al final del puente, un poco a la izquierda, parte una calle que sube hacia la Cova.
Los peregrinos deberían dirigirse primero al antiguo colegio de los jesuitas en Manresa, en la calle de Sant Ignasi 36, para poder sellar su credencial y obtener su certificado final en la Oficina de Acogida del Peregrino. Para llegar allí, pasado el puente viejo, subimos junto a la ermita de Sant Marc, por la vía de Sant Ignasi, dejando en lo alto la basílica de La Seu a nuestra izquierda. En 400 m llegamos a la Plaza de Sant Ignasi y a la ermita del Rapte. La Oficina del Peregrino del Ayuntamiento de Manresa está a escasos metros.
CASTELLGALÍ
Albergue de peregrinos. 689.00.83.59 Reserva: https://www.refugipelegrinscastellgali.com/inicio
Ayuntamiento. Tél.938 330 021
CASTELLBELL I EL VILAR
Asociación Taxistas del Valle . 938 28 24 75
MANRESA
Alberg del Carme . Pl. Milcentenari, s/n. Tél. 938 750 396 A los peregrinos ignacianos se les aplica un 10% de descuento presentando la credencial
Apartamento Somiarte . http://www.somiarte.com/#!bb/ctac / somiartetaller@gmail.com / Tel: 630 538 838
Apartaments Grup Urbi . C/ Codinella, 9. Entresol 2ª. Tel: 93 876 82 41 – 606 99 35 37
Apartaments la Farola . C/ Canyelles, 5 Tel: 938 73 13 00
Apartaments Manresa . Tel: 660 551 333
Apartaments Turístics . www.manresaapartments.com / rentals@manresaapartments.com / Tel: 660551333
Casa d’Exercicis, La Cova de Sant Ignasi . Passatge de la Cova, s/n Tel: 938 720 422. Es indispensable llamar para reservar habitación y fijar el número de días de alojamiento disponibles. Tan sólo en 2009 pasaron 32.000 personas por la Cova y 5.000 participaron de sus actividades: ¡no contemos con encontrar habitación fácilmente!
Hostal Turó de la Torre . C/. Sallent, s/n Polígon Els Dolors Tel. 93 873 32 86
Hotel 1948 . Carretera de Santpedor 54 – 58, Tel. 938 748 216.
Hotel Els Noguers** . Avinguda Països Catalans, 167, Tel. 938 743 258.
Pensión La Masia . Plaça Sant Ignasi, 22, Tel. 938 724 237
Pensión Roser Manila Sant Andreu . Carrer Sant Andreu, 9, Tel. 938 725 908.
Radio Taxi Manresa . Tel: 938 744 000
Taxi Manuel Artero . 630 91 89 00
Taxis Manresa . Tel: 938 770 877
MONTSERRAT
Taxi Marcel . 607 329 946
Una etapa ligera de kilometraje, de bajada y de final del camino “exterior”. El “Camino Ignaciano interior” va a seguir y con más energía que la ya experimentada hasta aquí. La alegría por alcanzar una meta nos impulsa a ir “más lejos y más alto”. En Manresa nos esperan los jesuitas y la comunidad de laicos que atienden la Cova. Nos acogerán y harán todo lo posible para que nuestra peregrinación no se desvanezca en el olvido.
CASTELLGALÍ: pequeña población de 1.700 habitantes, pero de gran tradición peregrina. Sus orígenes también son muy antiguos, ya de tiempos de los íberos, dada su ubicación privilegiada en lo alto de una montaña con vigilancia sobre el valle del río Cardoner. Los pobladores romanos dieron el nombre de Boades a este asentamiento. En la Edad Media, con la afluencia de peregrinos que transitan el Camino Real y que se dirigen al monasterio de Montserrat, Castellgalí es conocido por su hospedaje y por las herrerías. Con toda seguridad el peregrino Ignacio de Loyola pasó varias veces por Castellgalí en sus idas y venidas a Montserrat, durante su larga estancia en Manresa. Ya muy cerca de nuestro destino final, esta población nos ofrece restaurantes, supermercados, farmacia, banco.
SANTA CATERINA: Torre de vigía, atalaya.
MANRESA: Esta ciudad ignaciana acogió a los primeros jesuitas en 1602. Desde entonces la ciudad ha mantenido una presencia ignaciana constante, que hoy recibe un nuevo impulso con la llegada de los “peregrinos ignacianos”. Visitar los múltiples lugares ignacianos en Manresa y sus lugares monumentales merece un tiempo largo de permanencia (consultar la web de turismo). El Santuario de la Cova de Sant Ignasi es un lugar ideal para acabar nuestra peregrinación, recoger nuestra experiencia interior y discernir las luces y sombras que seguramente habremos experimentado a lo largo de nuestro Camino Ignaciano. No hemos de tener prisa en marcharnos de este lugar tan emblemático para la espiritualidad ignaciana. En la Cova obtendremos toda la información necesaria para planificar nuestro tiempo (consultar la web). La ciudad de Manresa tiene restaurantes, supermercados, farmacias, centro de salud, taller de bicicletas, bancos y oficina de información (Tel: 93 878 40 90).
Oller del Mas: 500 años de historia acogieron a Íñigo el 1522. La Heretat Oller del Mas hoy tiene más de 1.000 años de historia, y, por eso, ya en 1522 la familia pudo acoger en su castillo a Iñigo durante su tiempo en Manresa. Testimonio de la devoción de la familia a san Ignacio es la capilla familiar del siglo XVII dedicada al santo. Generaciones se han sucedido en el castillo, pero la capilla se ha mantenido en el mismo sitio. Los peregrinos ignacianos pasan junto al castillo, que abre sus puertas para invitarlos a tomar una copa de vino, si disponen de tiempo para gustarlo.
Anotaciones: La alegría nos acompaña en esta última etapa de peregrinación “exterior”. La tan ansiada meta de Manresa está ya a la vista. No olvidemos la “oración introductoria”, ni el coloquio al final de la oración ni durante todo el día. Dejemos que nuestro corazón se llene del Espíritu, y que su fuerza nos acompañe en este día que ha de suponer un hito en nuestra vida. La pista ignaciana de hoy nos introduce ya en la posible continuación de nuestra peregrinación interior. No hemos de olvidar nuestra última oración en Manresa.
Petición: Pido a Dios que me dé un conocimiento interno de los muchos dones recibidos, y que, lleno de gratitud por todos ellos, pueda en todo amar y servir a la Divina Majestad.
Reflexiones: El Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo están siempre atentos a nuestra realidad, “compartiéndose” con nosotros. Este intercambio nos capacita para ser contemplativos en la acción, es decir, para encontrar a Dios en todas las cosas. Los jesuitas dijeron en su Congregación General 32, que “cada miembro de cada comunidad jesuita es consciente de lo que dice San Ignacio sobre el amor, que consiste en compartir lo que uno tiene, lo que uno es, y es así como se ama”. Dedicamos nuestra meditación de hoy a este concepto de amor como intercambio de lo que cada uno es y posee. En los Ejercicios Espirituales, Ignacio nos invita a contemplar cómo el amor nos viene dado y compartido generosamente desde la bondad de Dios, y cómo a tal cascada de dones y de gracias nosotros hemos de responder de forma también generosa. Vamos a seguir las indicaciones de Ignacio, dejando que nuestro corazón se pierda en el amor de Dios. Los pasos de esta contemplación ignaciana son:
CONTEMPLACIÓN PARA ALCANZAR AMOR
Primero conviene advertir dos cosas:
La primera es que el amor se debe poner más en las obras que en las palabras-
La segunda es que el amor consiste en comunicación de las dos partes; es a saber, en dar y comunicar el amante al amado lo que tiene, o de lo que tiene o puede, y así por el contrario, el amado al amante; de manera que si el uno tiene sabiduría, dar al que no la tiene, si honores, si riquezas, y así el otro al otro.
Luego vuelvo a la oración introductoria, y pido que todo sea ordenado a la voluntad de Dios.
A continuación me sitúo en la contemplación que voy a hacer. Imagino que estoy delante de Dios Padre, de Jesús, el Hijo, y del Espíritu de amor que me ha creado en mi humanidad.
Renuevo el deseo de hoy. Pido a Dios que me dé un conocimiento interno de los muchos dones recibidos, y que, lleno de gratitud por todos ellos, pueda en todo amar y servir a la Divina Majestad.
El primer punto de la contemplación es traer a la memoria los beneficios recibidos de parte de Dios, tanto sea por el hecho de haber nacido, como por haber sido salvado por Jesús, como por dones particulares en mi persona, ponderando con mucho afecto cuánto ha hecho Dios nuestro Señor por mí, y cuánto me ha dado de lo que tiene y es en El mismo. Y con esto reflexionar en mí mismo, considerando con mucha razón y justicia lo que yo debo de mi parte ofrecer y dar a su Divina Majestad, es a saber, todas mis cosas, y a mí mismo con ellas.
Además, puedo considerar que aquel que desee ser más consecuente hará el siguiente ofrecimiento: Tomad, Señor, y recibid toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad, todo mi haber y mi poseer; vos me lo disteis, a vos, Señor, lo torno; todo es vuestro, disponed a toda vuestra voluntad, dadme vuestro amor y gracia, que ésta me basta.
Acabado el primer punto, Ignacio nos propone un segundo: mirar cómo Dios habita en toda la creación entera. En las criaturas vivas, en los elementos naturales dando ser; en las plantas, vegetando; en los animales, dando sentidos; en los hombres, dando entender, así mismo haciéndonos templo de Dios, siendo creados a semejanza e imagen de su Divina Majestad. Otro tanto, pensando en mí mismo, la forma en que yo habito en lo que hago, y al servicio de quién lo pongo. Acabar este punto volviendo al ofrecimiento del punto anterior: Tomad, Señor, y recibid…
El tercero consiste en considerar cómo Dios trabaja y se afana por mí en todas las cosas criadas sobre la tierra. Así como en los cielos, elementos, plantas, frutos, ganados, etc., dando ser, conservando, vegetando y dando sentidos, etc. Después pensar sobre mí mismo lo que yo puedo hacer a cambio de ese amor. Acabar este punto volviendo al ofrecimiento del punto anterior: Tomad, Señor, y recibid…
El cuarto punto consiste en mirar cómo todos los bienes y dones descienden de arriba, así como mi fuerza proviene del poder infinito de Dios, y así también la justicia, la bondad, la piedad, la misericordia, y todas las otras cosas buenas que soy capaz de percibir en mí y en el mundo, tal y como del sol descienden los rayos, de la fuente descienden las aguas, etc. Después de considerar el origen de todos los bienes, acabar pensando en mí mismo, la forma cómo yo retorno todo lo que recibo de arriba. Acabar este punto volviendo al ofrecimiento del punto anterior: Tomad, Señor, y recibid…
Coloquio final: En esta etapa de nuestra peregrinación interior, ya estamos acostumbrados a caminar con nuestro amigo y señor Jesucristo. Hablamos confiadamente con El como un amigo habla con otro. Acabar con el Padre Nuestro.
Y ya camino de Manresa, con un nuevo atuendo exterior y un gran deseo interior de hacer todo a mayor gloria de Dios… pero tomando conciencia de una forma brusca que las cosas nunca son fáciles, incluso cuando se hacen con el mejor corazón.
«Y en amaneciendo se partió por no ser conocido, y se fue, no el camino derecho de Barcelona, donde hallaría muchos que le conociesen y le honrasen, mas se desvió a un pueblo, que se dice Manresa, donde determinaba estar en un hospital algunos días, y también notar algunas cosas en su libro, que llevaba él muy guardado, y con que iba muy consolado. Y yendo ya una legua de Montserrat, le alcanzó un hombre, que venía con mucha prisa en pos de él, y le preguntó si había él dado unos vestidos a un pobre, como el pobre decía; y respondiendo que sí, le saltaron las lágrimas de los ojos, de compasión del pobre a quien había dado los vestidos; de compasión, porque entendió que lo vejaban, pensando que los había hurtado. Mas por mucho que él huía la estimación, no pudo estar mucho en Manresa sin que las gentes dijesen grandes cosas, naciendo la opinión de lo de Montserrat; y luego creció la fama a decir más de lo que era: que había dejando tanta renta, etcétera.»
«Y él demandaba en Manresa limosna cada día. No comía carne, ni bebía vino, aunque se lo diesen. Los domingos no ayunaba, y si le daban un poco de vino, lo bebía. Y porque había sido muy curioso de curar el cabello, que en aquel tiempo se acostumbraba, y él lo tenía bueno, se determinó dejarlo andar así, según su naturaleza, sin peinarlo ni cortarlo, ni cubrirlo con alguna cosa de noche ni de día. Y por la misma causa dejaba crecer las uñas de los pies y de las manos, porque también en esto había sido curioso.»
Los “algunos días” que pensaba pasar Ignacio en Manresa se convirtieron en más de diez meses de crecimiento personal. Dios no tenía prisa con él y, gracias a Dios, Ignacio tampoco tuvo demasiada prisa en dejar esta ciudad que le acogió con los brazos abiertos a pesar de algunas excentricidades suyas. Probablemente el peregrino ignaciano también deseará imitar en algo a este caballero convertido; de todos modos, tal vez ya sea momento de pasar por el barbero y recibir un buen corte de pelo.
En La Cova de Manresa se ofrece al peregrino un pequeño folleto con la continuación de esta interesante historia personal y los elementos propios de su experiencia en Manresa.
Bicicletas dificultad media
Para bajar desde Santa Cecilia es mejor no tomar la senda de a pie sino seguir todo recto por la pista de tierra, pasando una casa que dejaremos a nuestra izquierda y cruzar el torrente para encontrar el punto en el que los caminantes se unen al camino de tierra que conduce a Sant Cristófol. En la bajada desde Castellgalí hay que llevar la bicicleta al lado y también caminar con cuidado por la carretera C-55.
Montserrat : Km 0.
Ermita de Santa Cecilia: Km 3,5.
Sant Cristófol: Km 7,9.
Iglesia de Castellgalí: Km 14,3.
Riera de El Xup: Km 21.
Torre de Santa Caterina: Km 23,5.
La Cova de Manresa: Km 24,6.
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