Verdú Cervera
17 Kms
No tomar ninguna decisión cuando la mente está sesgada, ya sea por el afecto o por un gran abatimiento. Posponer la decisión hasta que haya desaparecido la ansiedad, de tal modo que pueda hacer lo que la razón madura y no impulsiva dicta.
Salimos de esta entrañable localidad, arrancando de la iglesia de Santa Maria de Verdú. Tomamos la calle de la Font para salir del pueblo y nos encontramos con un camino que empieza enfrente de nosotros, que desciende, junto a unas casas, ya en los campos de cultivo. El camino de tierra en el que entramos se llama “Camino de Verdú a Tárrega”, que es nuestro próximo objetivo.
Nuestro camino es más ancho y bien delimitado que las alternativas que van apareciendo. No tomamos ninguna de ellas sino que nos mantenemos en el buen camino de tierra. Llegamos a Tárrega. Entramos en la población por nuestro camino de tierra, que desemboca en la calle de la Guardia Civil. La embocamos a nuestra izquierda y seguimos la misma calle, todo de frente, hasta alcanzar el río Ondara. Lo cruzamos por una pasarela y continuamos rectos por la calle de Sant Agustí. Llegamos a la Plaza de Sant Antoni y tomamos a nuestra derecha la Calle Major, para entrar en la Plaza Major, donde encontramos la iglesia de Santa Maria del Alba.
Mirando de frente la fachada de la iglesia, giramos a la derecha y caminamos por la calle dels Agoders. Seguimos de frente, por la calle de Mossèn Jacint Verdaguer que cambia a Avenida de la Generalitat. Siguiendo esta avenida, salimos finalmente de la ciudad por el camino de Tarrega a Talladell.
Pasamos junto a la ermita de El Pedregal, que dejamos a la izquierda. Seguimos nuestro camino y entramos en Talladell. Continuamos de frente, atravesamos el pueblo y a la salida hemos de tomar el camino que sigue recto, dejando de lado otros que empiezan a nuestra izquierda.
Estamos en el llamado “Camí Ral”, probablemente el verdadero “Camino Real” por el que anduvo Ignacio en su viaje a Montserrat. Pasamos por delante del cementerio, que queda a nuestra izquierda. Hemos de seguir nuestra marcha siempre en línea recta, a pesar que en algún momento el camino gira bruscamente a nuestra derecha: nosotros siempre recto. Nos vamos acercando a una pequeña población, Fonolleres, que queda un poco en alto y en la que no entramos, sino que pasamos y dejamos a la izquierda.
Seguimos en la misma dirección. Más adelante, a 900 metros de Fonolleres, vemos a nuestra derecha, un poco derruida, la casa-torre Saportella. Seguimos de frente por el camino más ancho y bien marcado. Otros senderos afluyen al nuestro o lo cruzan, pero proseguimos fieles por el camino que traemos.
El camino termina junto a las ruinas de la ermita de Santa Magdalena. Tomamos la carretera asfaltada a nuestra izquierda, para dirigirnos a Cervera. Marchamos por ella unos 700 metros y en las primeras casas que se sitúan cerca de la carretera, a nuestra derecha, vemos la ermita de Sant Magí. Giramos en ángulo recto a nuestra derecha, para entrar por esa calle y en Cervera.
Estamos en la calle del Castell, que nos conduce a las ruinas del viejo castillo. Girando a nuestra izquierda, otra calle nos permite alcanzar el centro antiguo de la ciudad. Llegamos a la iglesia de Santa Maria.
CERVERA
Ayuntamiento . Tel: 973 530 002.
Colegio Residencia – Albergue de peregrinos Sagrada Familia . c/ Sabaters 6 (entrada junto a c/ Mayor, 51). Tel: 973 530 805.
Hostal Bona Teca . Avinguda Mil·lenari de Catalunya, 49, 25200 Cervera Tel: 973 53 19 16
Hostal Bonavista Cervera*** . Av. Catalunya, 14. Tel: 973 530 027
Hostal la Savina . Camí dels Horts 2, Tel:973 531 393
Hostal Universitat. Plaça Universitat, 21. Tel: 973.107.394 / 661.786.477 / 661.786.483
Taxi Miquel. 606.463.308
TÀRREGA
Ayuntamiento . Tel: 973 311 608.
Hotel Ciutat de Tàrrega*** . C/ Sant Pelegrí, 95. Tel: 973 314 737
Hotel Pintor Marsà . Av. Catalunya, 112. Tel: 973 501 516.
VERDÚ
Taxi Jaime Font (Tàrrega) . Tel: 973 311 567
Otra etapa corta, pero la importancia de la ciudad de Cervera y la posibilidad de alojamiento que vamos a encontrar en ella, justifica la parada.
TARREGA: Ciudad de más de 16.000 habitantes y capital del Urgell, famosa por su feria del Teatro en la Calle, que se celebra en septiembre y en la que multitud de artistas se congregan para ofrecer su arte. Hay restaurantes, supermercados, farmacias, centro de salud, bancos, taller de bicicletas y oficina de información (c/ Agoders, 16. Tel: 973 500 707).
CERVERA: Con sus más de 9.000 habitantes, conserva huellas en sus edificios y murallas (mucho más antiguas y reformadas en 1368) del esplendor del que disfrutó en el siglo XVIII. La iglesia de San Antonio data de la Edad Media y en la iglesia de San Bernat se casaron los Reyes Católicos, Isabel y Fernando. Impresionante Plaza Mayor, con los edificios de la Paeria (s.XVII-XVIII) y la iglesia de Santa María. Por motivos políticos, la única universidad en Cataluña durante el siglo XVIII tuvo su sede en esta ciudad. Podemos encontrar restaurantes, supermercados, farmacias, centro de salud, bancos, taller de bicicletas y oficina de información (Tel: 973 534 442 / 973 530 025).
Anotaciones: Aunque hoy meditamos sobre el episodio de las tentaciones de Jesús, mantenemos el mismo ánimo de alegría, porque todavía estamos en la contemplación de la vida en su plenitud. No hay nada que pueda detenernos en nuestro camino hacia la libertad, y hacia la felicidad eterna. No olvidemos la oración “introductoria”, ni el coloquio al final de la oración, y durante todo el día. Y vivamos la alegría de la Resurrección de Cristo. La luz, las flores, el agua y los amigos son bienvenidos.
Petición: Ruego al Padre poder alegrarme profundamente con Cristo resucitado, ahora que he sido enviado al mundo para servir a su misión. Ruego ser capaz de reconocer los engaños del mal y saber guardarme de ellos confiando, como lo hizo Jesús, plenamente en el amor.
Reflexiones: Ayer fuimos llamados a volver, como los discípulos, a Galilea, es decir, a nuestra “vida normal”. Tenemos una misión: trabajar por el Reino. Hoy vamos a considerar el comienzo de la misión de Jesús, y el discernimiento que tuvo que hacer antes de empezar a trabajar. El propósito de esta meditación es volver a considerar las estrategias de Jesús, y las estrategias del mal, conscientes de que estamos llamados a trabajar por el Reino en nuestra vida cotidiana. ¿Cómo vamos a utilizar nuestras relaciones de poder, nuestros dones, nuestros talentos, nuestros recursos? Esta es la cuestión fundamental en el episodio de las tentaciones de Jesús en el desierto.
Se nos dice que el mal le mostró a Jesús todos los reinos, y le dijo: “Todo esto te lo daré si te postras en tierra y me adoras”. Jesús le respondió: “Adorarás al Señor, tu Dios, y sólo a El servirás”. Esta situación de crisis a la que se enfrentó Jesús en el desierto, es la misma situación de crisis a la que nos enfrentamos nosotros constantemente. ¿Podemos contener nuestros deseos y nuestras apetencias de placer, de alabanza, de adulación, de poder o de comodidad? ¿Usamos nosotros el poder para servirnos a nosotros mismos o para contribuir a la construcción de la sociedad y del mundo que hemos heredado? Traigamos a la mente las tentaciones que nos afligen. Puede que sean realmente vergonzosas, pero consideremos que Jesús, verdadero hombre, pudo haber padecido cualquiera de ellas. La respuesta de Jesús a la tentación fue confiar plenamente en Dios. Nosotros también podemos, en medio de nuestras tentaciones, recordar a Jesús, y confesar nuestra plena confianza en Dios. Recemos para que nos encontremos tan cerca de Jesús, que queramos elegir lo que El quiere.
Como ya hemos dicho, Jesús no escoge personas perfectas para que se conviertan en sus discípulos. El nos conoce muy bien. Teniendo en cuenta el tipo de personas que Jesús escogió, Ignacio nos invita a considerar que eran hombres rudos y humildes, y sin embargo, llamados a una alta misión. Este es nuestro misterio: venimos de muy abajo, y se nos destina a un alto servicio. La tentación está a nuestra puerta. ¡Eso es normal!
Ignacio plantea una reflexión sobre tres tipos de respuestas a la invitación que ayer se nos hizo para seguir a Jesús. Ignacio nos plantea el reto de pensar acerca de lo que significa ser de verdad espiritualmente libres para peregrinar junto a Jesús en su misión. Hablamos de la verdadera libertad, de la libertad que lleva a la acción, de la libertad con la que Dios actúa en el mundo. Todos nos sentimos atraídos por cosas que se interponen en el camino de nuestro servicio a Dios y al mundo: el dinero, el sexo, el poder… Algunos, aunque tienen buenos deseos, nunca llegan a decidirse eficazmente a cambiar ese estilo de vida hasta el momento de la muerte. Otros son libres de verdad, y deciden tener o no tener, poder o no poder según sea la voluntad de Dios y su mayor servicio, y quedan contentos en cualquier caso. Es totalmente humano tener y experimentar “enganches” que nos roban la libertad. Tal vez sería suficiente para la meditación de hoy pedir con sinceridad el deseo de hacernos más libres de esos “enganches nocivos”, para no caer en las tentaciones del mal. Pedimos la iluminación de Dios.
Textos:
Mateo 4,1-11: La táctica del adversario no consiste en proponerle a Jesús hacer el mal, sino proponerle ser un Mesías con posesiones, con prestigio, con poder, y así tener éxito y ganar en eficacia; en lugar de ser un Mesías solidario con la pobreza, con la persecución, con la debilidad, como el Padre lo envió a ser.
Eclesiastés 3,1-22: Los seres humanos no podemos entender los caminos de Dios. Será mejor que estemos cerca de El. Todo tiene su tiempo. Debo respetar los tiempos de Dios en mi vida.
Proverbios 3,1-12: Mantengamos nuestra lealtad y nuestra fe en Dios, y nunca fallaremos.
Sabiduría 3,1-12: Los que han depositado su confianza en Dios, saben que El es verdadero, y que los que son fieles obtendrán el amor de Dios.
Mateo 6,24-34: Nadie puede servir a dos señores porque o aborrecerá a uno y amará al otro, o se dedicará a uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a vuestras riquezas materiales, o a vuestros pequeños ídolos.
Coloquio final: En esta etapa de nuestra peregrinación interior, ya estamos acostumbrados a caminar con nuestro amigo y señor Jesucristo. Hablamos confiadamente con El, como un amigo habla con otro. Si sientes la fuerza y la gracia interior, no pierdas la ocasión de pedirle que te acepte bajo su bandera, para así construir el Reino de Dios a su lado. Acabar con el Padre Nuestro.
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