A la salida de la localidad de Alfaro, La Rioja, una hermosa escultura de tamaño natural que representa a los dos caminos de peregrinos que se cruzan en esa localidad. El viejo Camino de Santiago del siglo X y el joven Camino Ignaciano del siglo XXI, saliendo los dos de la misma roca o raíz del alma peregrina, caminando hacia dos horizontes diferentes: el de la salida del sol ignaciano y el de la puesta del sol jacobeo. Dos Caminos que se unen y se separan, compartiendo con profundo respeto la misma misión transformadora de todo ser humano en peregrinos y peregrinas de la Vida.