Reflections by Emily Czarnik-Neimeyer
A full spiritual experience of the Ignatian Way… She walked under the heavy Sun… and she reached her goals last July 2013.
A full spiritual experience of the Ignatian Way… She walked under the heavy Sun… and she reached her goals last July 2013.
En la fiesta de San Ignacio, la emisora Radio Euskadi entrevista a Inés Galdos, de la Oficina del Camino Ignaciano en Loyola y a Josep Lluís Iriberri, sj.
El ‘Camino Ignaciano’, impulsado por la Compañía de Jesús, recrea la ruta que Ignacio de Loyola, siendo caballero, recorrió el año 1522 desde Loyola hasta Manresa. Un total de 650 kilómetros, repartidos en 27 etapas, en sentido contrario a las flechas amarillas que apuntan a Santiago; y es que San Ignacio fue un hombre que no dudó en ir contracorriente. Un proyecto con potencial cultural, turístico y socioeconómico que está llamado a crecer hasta el 500 aniversario en el 2022.
escuchar aquí
Aquí podéis ver el blog de esta pareja de estadounidenses, que recorrieron el Camino Ignaciano en julio de 2012. Ver página web.
La Compañía de Jesús ofrece una serie de oraciones pensadas para peregrinaciones como el Camino Ignaciano, el Camino de Santiago, el Camino de Covadonga y otras rutas posibles. 27 meditaciones que coinciden con el Camino Ignaciano nos ayudan a avanzar espiritualmente. Aunque originalmente orientada al Camino de Santiago (no incluye referencias a la autobiografía de San Ignacio o a otros elementos típicos de los Ejercicios Espirituales), representa un instrumento esencial para todo peregrino que entre en nuestra ruta.
El pasado 27 de julio se presentó en Castellnou de Seana la Asociación de Amigos de Peregrinos del Pla d’Urgell. El Camino Ignaciano se congratula del apoyo de las poblaciones a lo largo de la ruta ignaciana.
Para más información clicar aquí
Día de San Fermín y una navarresa que acelera el paso para llegar a Verdú a tiempo para la misa: “No puedo fallar a nuestro santo patrón, ¡Nada como san Fermín! He imaginado que la misa sería a las 12, así que aquí estoy a tiempo para la ducha y rápido a la iglesia”. Hemos encontrado a Maria Carmen Oronoz en la puerta del nuevo Refugio de Pedro Claver. “Me gusta caminar temprano: hoy a las 6, para llegar bien”. Muchas picadas de mosquito, pero no se queja: “Me han acogido muy bien en Castellnou, en el polideportivo y también en el Café”. Se prepara para el asalto final al Camino Ignaciano y por eso le ha venido muy bien hacer una etapa corta: “Quiero descansar bien hoy y mañana, para subir bien Montserrat y llegar con ánimos a Manresa, y estas etapas cortas en este momento son ideales”. Y es un día de fiesta que piensa aprovechar: “Hoy comida buena y abundante para celebrarlo. Confío encontrar un buen sitio en Verdú. Y he visto que hay tiendas de cerámica: me gustará ir a visitarlas”.
Hizo el Camino de Santiago al menos en dos ocasiones, la última en el 2006. Suenan las campanas llamando a los fieles y no podemos hablar más, pero nos muestra su credencial llena de sellos, desde el Santuario de Loyola. Contenta de la experiencia: hace su peregrinación sola y a pie, como Ignacio el 1522. Y sin ningún apoyo de tecnología: ni Smartphone, ni Tablet… ¡ni un simple móvil! “Yo imprimí de la página web las etapas y voy con ellas encima. Cada día voy dejando una hoja atrás. Ahora ya me quedan pocas. Las tecnologías no las necesito”.
Felicidades a esta peregrina: impresiona su fortaleza y su fe. Que San Fermín y San Francisco Javier la acompañen en este Camino. Vera, la hospitalera de Verdú, la inscribe en el registro de peregrinos y Maria Carmen se deja fotografiar con san Pedro Claver y un niño esclavo negro.
Dos malagueños, Rafael Lería, jesuita en misión en Bolivia y su hermana María Luisa, han acabado su peregrinación de 23 días, siguiendo la guía de los Ejercicios Espirituales. Después de muchos días de lluvia y esfuerzo, pero con el corazón transformado por la experiencia, nos han hecho una visita a la Oficina Técnica del Camino en Barcelona y nos han dejado su testimonio.
«Ha sido una experiencia formidable. Estamos muy contentos, la verdad. Aunque hemos de decir que hemos tenido que sufrir lo nuestro. Íbamos en plan muy austero, con lo mínimo: no hay dinero y hay que gastar poco. Con 700 € nos hemos apañado, pero bastantes veces hemos dormido en el campo: llevábamos una tienda de campaña pequeñita. Si encontrábamos un refugio o pensión barata (15 € era nuestro límite), pues dábamos gracias y nos quedábamos. Si no, pues bajo el puente para protegerse de la lluvia».
«Al principio nos perdimos un poco, pero ya entra dentro de la aventura. Si no arriesgas, no hay avance en la vida. Queríamos hacer el Camino Ignaciano para salir de nuestra vida cotidiana, hacer un alto lejos de casa y hacer un poco de proyecto de futuro». Rafael va a recibir su ordenación sacerdotal como jesuita este verano y Maria Luisa llevaba un tiempo largo sin encontrar trabajo. Rafa dice que es de naturaleza “peregrino” y convencer a su hermana no fue difícil. «Hemos hecho el camino siguiendo la guía espiritual de los Ejercicios: caminábamos en silencio, compartiendo lo que sentíamos y descubríamos en la oración personal, y muchas veces gozábamos de la misa en las parroquias de los pueblos en los que llegábamos».
La meteorología no les ha acompañado excesivamente: «El tiempo estaba loco. La verdad es que no esperábamos tanta lluvia. Maria Luisa ha sido muy valiente y no se quejaba casi nunca… ¡y mira que el agua te pone de un humor difícil de controlar! ¡Todos tus espíritus interiores se ponen de manifiesto! Mucha alegría en momentos increíbles, mucha desesperación en otros, peleas y deseos intensos de abandonar… ¡cuántas veces le dije a mi hermana que lo dejábamos, que se acababa en el siguiente pueblo! Pero seguimos luchando contra el frio y la humedad que cala hasta los huesos». Esta es la experiencia del esfuerzo que curte a los peregrinos y que les lleva a entrar en su interior como seres humanos y como hijos e hijas de Dios.
«Pasar por los lugares que el mismo Ignacio había pasado, es un valor añadido cuando conoces un poco su vida, su autobiografía. Te sientes yendo al origen de su espiritualidad, experimentando sus sentimientos originales. Mojados como estábamos y pobres como íbamos, a la buena de Dios, mi hermana me decía que esto era vivir la indiferencia ignaciana. Llegar a Manresa fue encontrar la paz y además con el corazón contento de saber que ahora tiene la vida delante de ti para construir a partir de la experiencia de superación que has alcanzado. Han sido días de mucho esfuerzo y de gran profundidad interior. Hemos aprendido a confiar y a esperar, luchando por los objetivos que nos planteábamos».
Las sincronicidades positivas que a veces nos ocurren y el creer en la Bondad presente en la Vida es algo muy propio de las espiritualidades del siglo XXI. Esto mismo se puede experimentar en una peregrinación. «La presencia de Dios nos acompañaba y los milagros se han ido sucediendo. Un día cerca de Zaragoza no sabíamos a dónde iríamos a parar y acabamos cenando un bocadillo jamón de pata negra que nos regalaron. Otro día estábamos obligados a dormir a la intemperie y cayendo ya la noche una señora nos trajo una manta, que devolvimos la mañana siguiente. El milagro más oportuno nos llegó en forma de un “ángel” senegalés que se nos apareció en el momento preciso que mi hermana, hecha polvo, ya había tirado la toalla. Nos acercábamos a Laguardia, pero ya no podíamos más. Un joven senegalés se ofreció a acompañarnos y a cargar con la mochila de mi hermana. ¡Qué suerte que tuvimos! ¡Nos salvó la vida!».
Hicieron el Camino Ignaciano en 23 días, pero reconocen que en algunas etapas se pasaron de kilómetros andados y que habría sido mejor ir más lentamente. La prisa les urgió cuando María Luisa recibió una llamada inesperada en Logroño diciéndole que tal vez podría entrar a trabajar a inicios de junio. La confirmación les llegó subiendo a Montserrat: encontrar un trabajo era una petición repetida a lo largo de su peregrinación. Imaginamos su alegría al llegar a Manresa, final del Camino, con tan buena noticia cargada en la mochila.
¡Buen Camino Peregrinos ignacianos!
Egun on! Después de 6 días de bicicleta, Dani, Jose, Julián y Jose Luis, amigos del País Vasco, llegaron a Manresa, a La Cova de San Ignacio, el 23 de mayo. Sabemos que todos venían de Amorabieta, excepto José Luis, así que si te pones en contacto con nosotros, ¡pues también te pondremos tu origen! Han hecho el recorrido con bicicletas de montaña pero ruedas de carretera. Algunos de ellos ya tenían experiencia del Camino de Santiago y deseaban experimentar una nueva peregrinación, así que cuando les hablaron en Loyola del Camino Ignaciano no se lo pensaron dos veces.
José Luis nos dice que él se sentía muy novato y que le daba respeto la aventura, pero confiaba en sus compañeros. Pensaba que acabaría mal, demasiado cansado, pero está contento de haber aguantado muy bien todo el recorrido. “Estoy muy contento y me lo he pasado muy bien. Dejamos a un compañero por enfermedad en el último momento, así que volveremos otra vez seguro.” Julián nos dice: “Los primeros días son cansados, porque las subidas son fuertes. Pero el paisaje es precioso. Y en este tiempo de primavera todo es verde… una gozada. Y además inauguramos un nuevo refugio en Salvatierra, que está a tan solo 5 km del Camino Ignaciano, así que en bicicleta es una distancia muy asumible.” No se quedaron en el nuevo refugio de Verdú, porque no sabían que estaba ya abierto. Pero a pesar de los nuevos refugios, Jose apunta que hay todavía pocos y también que hay que mejorar la señalización, sobre todo si vas en bicicleta, porque vas rápido y a veces pasas de largo las señales. Además, en ciertos lugares te encuentras con que el camino queda cortado por señales de “prohibido bicicletas” y has de encontrar otra carretera para circular, sobre todo si llevas rueda de carretera y no quieres meterte por caminos de tierra o piedra suelta.
Una peregrinación muy provechosa aunque, eso sí, sin juergas nocturnas: cada día a las 10 a la cama, nos comenta Julián. Y es que para hacer los 650 km en 6 días hay que vigilar el cuerpo. Salud y bienestar espiritual son los objetivos de esta peregrinación que iniciaron en Loyola. Impresionados por la Cueva de Ignacio en Manresa, se hacen una foto en tan simbólico lugar. “Dijimos que queríamos venir y lo hemos hecho. Estamos contentos.”
Nos dicen que a lo largo del Camino Ignaciano hay mucho desconocimiento de la peregrinación. En pueblos y ciudades no conocen que están dentro de la ruta y no te saben responder sobre dónde se encuentra la salida del pueblo para seguir. Hay que dar más información. También dicen que sería bueno poner placas, baldosas con el logo del Camino Ignaciano, para saber por dónde ir. Así y todo, a pesar del desconocimiento, dicen que hay mucha conciencia de solidaridad con el peregrino: en un pequeño pueblo de Euskadi se reventó un neumático. Había que cambiar todo. Un joven se les acercó para ayudar y se ofreció a llevarlos con su coche hasta un lugar dónde repararlo. Quedaron gratamente impresionados.
Su plan: se quedaran un día en Manresa, para visitar la ciudad y el Santuario de San Ignacio, y enviar con SEUR las bicicletas de vuelta a casa. Una vez liberados de la carga, se llegaran hasta Barcelona, visitando la ciudad y tomando el bus de vuelta al País Vasco.
Bueno pues, Agur y ¡Buen Camino peregrinos!
Un pèlerin français qui a parcouru plus de 150 km du Chemin Ignatien.
Pour lire et écouter cliquez ici
Christopher Lowney is a well-known writer. His first book, Heroic Leadership: Best Practices from a 450-Year-Old Company that Changed the World was the #1 ranked bestseller of the CBPA and was named a finalist for a 2003 Book of the Year Award from ForeWord magazine.
Más información
You can watch a short video about Pau Vidal experience // Podéis ver la experiencia de Pau Vidal en un corto vídeo