Cine: El Camino Ignaciano; de viaje con nuestro yo espiritual.
Todo viaje tiene un origen y un destino. Unas coordenadas geográficas establecen dónde empieza y acaba el trayecto, pero cuándo y cómo ponerse en marcha está en manos de quien emprende ruta. Así lo hizo el guipuzcoano Íñigo de Loyola cuando, en febrero de 1522, salió de su Azpeitia natal y, un mes después, llegó a Manresa (Barcelona). Dos puntos separados en el mapa por cientos de kilómetros, aunque hermanados desde entonces por el hombre que los recorrió, cuyas vivencias –antes, durante y después de su peregrinación– conferirían un significado muy especial a este itinerario. Tanto que, cinco siglos más tarde, gentes de la más diversa procedencia y condición deciden emularle y aventurarse tras sus huellas por el llamado Camino Ignaciano.
Cinco de ellas son las protagonistas del documental que debe su título a esta vía, un trabajo dirigido por Jordi Roigé…