Navarrete Logroño
13 Kms
Un hombre que encuentra difícil el camino de la virtud, pero entra en él con valentía para vencerse a sí mismo, gana el doble de recompensa que aquellos cuya mente y naturaleza perezosa no les da ningún problema.
Hoy seguimos las flechas del Camino de Santiago, a contracorriente. Nos ponemos en marcha desde el Albergue de peregrinos, por la calle de la Cruz, que sigue la curvatura que hace todo el pueblo alrededor del montículo que la corona. Llegamos a la carretera de Burgos, que cruzamos y vamos a buscar un camino asfaltado que se inicia a nuestra derecha, después de una curva.
Llegamos a las ruinas del antiguo hospital de peregrinos de San Juan de Acre (1185). Un cartel nos explica la ubicación de la iglesia del hospital. Un puente nos ayuda a pasar la autopista AP-68. Seguimos siempre el camino que nos lleva a cruzar la carretera de salida de la autopista A-12 hacia Navarrete. Seguimos adelante hasta encontrar la carretera de Burgos, que tomamos a nuestra izquierda.
A 250 m podemos dejar la carretera y pasar a un camino asfaltado, paralelo a la carretera, y que nos ahorra la presión de los coches. Vamos siempre paralelos a la autopista, hasta llegar a un punto en el que se separa para hacernos dar una pequeña vuelta, bordeando campos. Seguimos la señalización hacia Logroño. Justo a la entrada al parque de La Grajera, giramos a la izquierda en el camino de tierra: hay una fuente y unos bancos para descansar. Nos adentramos por un camino de tierra que va serpenteando y nos lleva al lago artificial y al Alto de la Grajera.
Un bar restaurante nos atiende generosamente. Seguimos recto, por la misma dirección por la que hemos venido, hasta encontrar un camino de carro que bordea el lago. Lo tomamos a nuestra derecha y contemplamos el lago. Las flechas del Camino de Santiago nos recuerdan que vamos “a contracorriente”. Llegamos a una carretera que vamos a tomar hacia nuestra izquierda, pero tan sólo 100 m, hasta la siguiente curva. En esa curva, tomamos el camino situado enfrente de nosotros, que está bordeado por una fila ordenada de árboles.
Un puente nos pasa al otro lado de la carretera y al cabo de un rato nos lleva a pasar la autopista por un túnel. Al otro lado seguimos a nuestra derecha por un parque hasta llegar a la primera calle (Prado Viejo) que cruzamos para continuar recto arriba por el parque de San Miguel.
Siguiendo la señalización del parque, buscamos la gran Avenida de Burgos, que tomamos a nuestra derecha y que a lo largo de 2 km nos va a llevar en línea recta a través de Logroño. El nombre cambia a Calle del Marqués de Murrieta, pero no la dirección. Atravesamos la Gran Vía de Juan Carlos I. Llegamos a la Plaza de los Alféreces Provisionales y nos adentramos por la calle de Los Portales, hasta la catedral de Santa María la Redonda (s.XV), con sus torres barrocas. Por la calle de las Herrerías, llegamos a la calle Travesía del Palacio, que tomamos a la izquierda. El Albergue de peregrinos se encuentra a escasos 100 m (a 200 m de la catedral).
LOGROÑO
Albergue de peregrinos. (100 plazas). C/ Rua vieja, 32. Tel.: 941 248 686.
Albergue de Peregrinos Albas. Plaza Martínez Flamarique, 4 bajo Tel: 941 70 08 32
Albergue de Peregrinos Check in Rioja. C/ Los Baños, 2 Tel: 941 27 23 29
Albergue Logroño. C/ Capitán Gallarza, 10 Tel: 941 25 42 26
Albergue parroquial de Santiago. C/ Barriocepo, 8, 1º Tel: 941 20 95 01
Albergue Santiago Apóstol. C/ Ruavieja, 42 Tel: 941 25 69 76 / 670 993 560
Asociación Juvenil Ayedo. Plaza Alférez Provisional, 1. Tel.: 941 229 014.
Ayuntamiento . Tel.: 941 277 000
Hostel Entresueños. C/ Portales, 12 Tel: 941 271 334
Hotel La Numantina. C/ de Sagasta, 4. Tel.: 941 251 411.
Pensión El Camino. C/ Industria, 2. Tel.: 606 735 862 / 941 206 314
NAVARRETE
Taxi Navarrete. Tel: 656 684 950
LOGROÑO: Con sus más de 130.000 habitantes es la gran capital de La Rioja. Núcleo de confluencia del Camino de Santiago Francés (que veníamos siguiendo desde Navarrete) y del Camino de Santiago del Ebro (que vamos a seguir a partir de ahora). En una visita a la oficina de turismo obtendremos la información de todos los monumentos y lugares de interés a visitar (Edificio Escuelas Trevijano. C/ Portales, 50. Tel. 941 273 353). A destacar la iglesia de San Bartolomé (s. XII – XIII restaurada en el s. XV) con su bóveda de cañón, clásica del románico. La fachada es gótica y la torre de estilo mudéjar. La iglesia de Santa Maria del Palacio se construyó sobre un palacio donado por Alfonso VII de Castilla, por lo que también recibe el nombre de “La Imperial”, y fue la primera sede de la orden del Santo Sepulcro en Castilla. El retablo mayor es de Arnao de Bruselas, escultor español renacentista. La iglesia gótica de Santa María de la Redonda está fundada sobre los restos de una iglesia románica del siglo XII y fue proclamada “concatedral” en 1959. A destacar las torres gemelas de Martin de Berriatúa que la encuadran, de estilo barroco. En Logroño hay taller de bicicletas, restaurantes, farmacias, centro de salud, supermercados, bancos.
En la parroquia de San Ignacio amablemente nos sellaran la credencial, siempre que lleguemos en horas de servicio parroquial. Calle Huesca, 39 (cerca de la calle de los Duques de Nájera y la Plaza del Primero de Mayo). Tel.: 941 203 504.
Anotaciones: Seguimos en la consideración de la presencia del mal en nuestras vidas, pero hoy de otra forma totalmente diferente: hoy nos abrimos a la misericordia de nuestro Padre. Ignacio nos invita a experimentar la sorpresa que nos produce el encontrarnos frente a la misericordia infinita de Dios en nuestra propia realidad de pecado. Hoy nuestra actitud en el Camino es la de pecador arrepentido, perdonado, pero sobre todo, la de pecador inmensamente amado.
Petición: Querido Padre, te pido el don de conocer internamente mi pecado y de experimentar tu profundo amor, un deseo creciente de conversión y un entusiasmo renovado para seguir a Jesús.
Reflexiones: Hemos reflexionado sobre la realidad del pecado humano y nuestro propio pecado. Hoy reflexionamos sobre la increíble presencia de la misericordia de Dios: ¡somos hijos amados y perdonados! “Arrepentíos y creed en la Buena Nueva.” Ambas cosas van de la mano, es decir, primero aceptar la realidad de nuestro pecado, arrepentirse verdaderamente de haber introducido la discordia y el desorden en nuestra vida y en el mundo. Y después recibir la buena noticia: Dios es misericordioso, siempre lo ha sido y siempre lo será. Lo que importa no es nuestra fidelidad a Dios (ninguno de nosotros es capaz de ser plenamente fiel), sino la fidelidad de Dios hacia nosotros. Es el mismo Dios que nos acompaña: en los momentos de mayor orgullo cuando todos nos aplauden y en los momentos más vergonzosos cuando sabemos que todos nos recriminan con razón. Nosotros no podemos ganar el amor de Dios: ¡y no tenemos que hacerlo! El amor de Dios se da libremente, ¡tan libremente que nos parece imposible! El padre de la parábola, a pesar de tener todas las razones para estar enojado, no abriga ningún resentimiento: el hijo ha ofendido al padre y ha despilfarrado lo que él había trabajado con tanto esfuerzo. Es casi imposible para nosotros aceptar, comprender, su acogida. De hecho, el hijo mayor no puede aceptar la bondad del padre.
No estamos abandonados en nuestra vida de pecado. Somos perdonados. Somos amados. Y esto es lo que nos lleva al arrepentimiento, a la voluntad de corregirnos. Pero hemos de pedir la gracia de Dios para proponernos las correcciones adecuadas: no se trata de escoger nosotros la manera correcta. Pidamos a Jesús. Oremos pidiendo saber aceptar plenamente lo que Dios nos ofrece con tanta liberalidad: el perdón. Muchos de nosotros pasamos por la vida cargando con culpas paralizantes. Dios nos pide que caminemos en su Amor y que experimentemos la libertad que nos ofrece.
Textos:
Lucas 15: 11-32. Este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y ha sido hallado.
Lucas 5: 17-26. Al ver Jesús la fe que tenían dijo: “Hombre, tus pecados te son perdonados.”
Juan 8: 2-11. Y Jesús dijo: “Tampoco yo te condeno. Ves, y no peques más.”
Romanos 5: 1-8. Dios muestra su amor para con nosotros en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.
Coloquio final: Hablando con Jesús como un amigo lo hace con otro, experimentar con crecido afecto la maravilla de estar vivo en este momento, de sentirme vivo en un mundo llamado a salvarse en el Amor de Dios. Contemplar la creación y la historia, desde la óptica del perdón recibido. Es un coloquio de misericordia, razonando y dando gracias a Dios nuestro Señor porque nos ha dado vida hasta ahora, proponiendo enmienda con su gracia para adelante. Acabar con un sincero Padre Nuestro.
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